Las crisis representan un momento crucial para las comunidades, pero también para las marcas y empresas. En medio del caos, las compañías tienen la oportunidad de demostrar sus valores de manera tangible. La reciente DANA que afectó Valencia no solo evidenció el desafío extremo que enfrentan las personas en estas situaciones, sino también cómo las empresas pueden reaccionar con solidaridad y autenticidad.
La respuesta de las marcas
En tiempos de desastre, las necesidades urgente no pueden esperar y muchas marcas han sabido responder con agilidad. Ejemplos recientes destacan cómo las empresas han puesto a disposición sus recursos para aportar soluciones reales:
Telecomunicaciones. Proveer conexión en una crisis es esencial. Empresas como Telefónica, Vodafone y Orange han ofrecido servicios gratuitos, como datos ilimitados y redes móviles temporales, garantizando que las personas en zonas afectadas pudieran mantenerse conectadas y comunicadas.
Movilidad y alojamiento. Iniciativas como la de Airbnb, con su programa de alojamiento gratuito para damnificados y personal de emergencia, o la logística solidaria de Uber para transportar artículos esenciales, mostraron un uso innovador de sus infraestructuras al servicio de la comunidad.
Donaciones económicas. Grandes compañías como BBVA e Inditex destinaron recursos financieros significativos para apoyar la reconstrucción de las zonas afectadas, destacando el papel que pueden jugar en el alivio a largo plazo de una crisis.
La importancia de la comunicación en tiempos de crisis
Actuar en tiempos de crisis requiere un equilibrio delicado entre empatía, responsabilidad y prudencia. Si bien es importante comunicar las acciones realizadas, hacerlo de manera inapropiada pueden desviar la percepción pública hacia el oportunismo.
Por ello, una comunicación responsable debe:
- Centrarse en las personas afectadas. El mensaje debe ser sobre ellos, no sobre la marca.
- Mostrar empatía auténtica. Un todo cuidadoso y respetuoso es esencial para conectar sin trivializar la situación.
- Comunicar después de actuar. Asegurarse de que las acciones tienen impacto antes de compartirlas públicamente es crucial para evitar la percepción de superficialidad.
Lecciones de la DANA: Pautas para futuras respuestas
Si algo nos enseña estas situaciones, es que las empresas deben estar preparadas para responder de manera ética y efectiva. Algunas lecciones clave incluyen:
Actuar con rapidez y precisión. Identificar las necesidades más urgentes y adaptar las capacidades de la empresa para abordarlas de manera inmediata.
Evitar el protagonismo. Las marcas deben desempeñar un papel secundario, dejando que las acciones hablen por sí misma.
Trabajar con aliados locales. Colaborar con organizaciones en terreno asegura que los esfuerzos sean más efectivos y respetuoso con las realidad de las comunidades afectadas.
Ser conscientes. La ayuda en momentos de crisis debe alinearse con los valores que la empresa promueve constantemente.
La DANA nos recuerda el poder transformador de la solidaridad, especialmente cuando las marcas actúan con propósito y autenticidad. En tiempos difíciles, el papel de las empresas va mucho más allá de lo comercial: se trata de responder con humanidad, contribuyendo al bienestar colectivo sin buscas aplausos.
Las crisis, aunque desafiantes, ofrecen a las marcas una oportunidad única de demostrar su compromiso con la sociedad. La verdadera medida de su éxito no radica en cuán visible sea su ayuda, sino en cuánto impacto genera para quienes más la necesitan.